martes, 13 de noviembre de 2012

ETERNAMENTE

Aquellos atardeceres en tu balcón, imaginé el futuro mucho más negro y tu me dijiste que no, que algo iría bien. Tenias razón, pero nunca imagine que parte de lo negro del futuro sería no tenerte a ti. 
La vida es extraña, y yo un frágil nostálgico que añora hasta las noches, en los que te gritaba con los ojos que me convencieras como fuera para que no saltara.

Recuerdo la tarde cualquiera en que te conocí, eras una niña y yo un chaval que quería morir, quien iba a decir que un día me darías vida, que descifrar el infinito de mi mirada perdida. Tu perdida entre porros y idiotas varios, dándoles tus labios pero no tu corazón grande. Tu casa esta lejos pero aún es mi barrio, porque en tus sabios consejos supe encontrarme, recuerdo el parque donde me enamoré del diablo, todas las veces que en tu cuarto he llorado. Cuando drogado no tenia donde caer muerto y me dejaste dormir con tus sueños despiertos. Me ayudaste y te ayudé, se fueron trenes, pero que les jodan, estoy orgulloso de lo que eres. El vértigo me posee pero aún veo claramente la tarde que bebiendo en tu terraza vi este presente. Echo de menos esos abismos con encanto, los últimos resquicios de inocencia pensando que ciertos excesos no pasarían factura, es que la adolescencia es eterna mientras dura. 
Si no fuera por ti igual no estaría aquí, encendiste mi leña cuando solo quería partir. Hoy me enseñas que el tiempo arrasa con todos y olvidas como no hacerme sentir solo. El caos que ordenaste un poco aún te ama y sigo siendo el loco que en todo ve drama, no viviste lo mismo pero me entendiste, ya no ando tan perdido, más quizá más triste, porque no estas como antes y mirar tanto atrás impide que con fuerzas me levante. Pero que le voy hacer querida, si de mejor amiga pasaste a íntima desconocida.
Invadida por flashbacks mi inestable memoria esta decepcionada pero no creas que te odia, mi armadura solo se rompe por quien lo merece y tu te ganaste mi alma con sobradas creces. No me enamoré porque te vi como una hermana aunque más que amores traidores te amara. Me valoraste como nadie en aquellos tiempos, creíste en mi talento y yo aposte por tu conciencia, me arrepiento de casi todo el pasado, menos de haber dejado mi corazón en tus manos. Recuerdo tus terapias con infinito cariño, te regalé el día que dejé de ser un niño. 
El nacimiento de mi rabia revolucionaria, la sed de cambios cuando nada cambia. Maldita la niebla del polvo blanco que tu por mi siempre has atravesado, eres una chica digna y para sonreír me basta, que tu sonrisa por lo bueno que dí renazca.

Maldito el whisky que entra como agua, melancolía de verano,
Grabando esto borracho como te conocí. Pero una de las mierdas que he escrito con mayor sentimiento. 
Aquellos atardeceres en tu balcón, en que me salvaste literalmente... Eres una chica digna y para sonreír me basta, que tu sonrisa por lo bueno que dí renazca. 




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