Dime que nunca me ves cuando le besas, lo que anoche sangró nunca podré describirlo, pues la poesía ninfomana nunca entendió de el olvido. Rompo a llorar en mi soledad, no quiero volver
a la ciudad donde probablemente ya nunca estarás. Esto ya no desahoga, angustia horrorosa, la droga me hace escribirte según que cosas, pero luego no me arrepiento, quiero decir lo que
siento en cada momento, quiero huir pero no puedo salir de aquí. Quiero morir y más allá encontrarme contigo, este mundo podrido no está hecho para mi, pero saco pecho para salir de este camino inesperado donde no hago mas que encontrarme piedras rotas.
Que fue de aquello que nos decíamos en la cama, cogidos de la mano por la calle... No dejes que la ciudad lo mate, yo hago que la noche mantenga su vigencia, que la noche no oscurezca nuestro corazón y veamos más luz que la de al final del túnel.
El atardecer es un crimen que trato de
resolver, pero querida asesina, tienes demasiadas
coartadas.Caen los días como soldados forzados a ir a una
guerra que no les representa, pero que si no luchan los
matan. Cambiaría cientos de cubatas por minutos de tus besos, a este paso sólo me valorarás cuando no viva.
Quiero que seas mi mundo por unas
horas. me fundo con las olas de tu última lagrima. Quiero escribir nuestro destino más que sacar
libros, me duele el poco corazón de tanta gente, por eso busco el tuyo enorme que se que me
quiere.
No hago mas que buscarte en el pozo del olvido.
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