RECUERDOS

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ANÓNIMA:

Recuerdo la primera vez que nuestras miradas se cruzaron. No sé cómo pero sé que así fue. Fueron solo unos instantes, unos segundos, pero para mí fue como si el tiempo se detuviera. Y entonces empezó todo.

Las sonrisas a la luz de la hoguera, las guerras de comida y las historias de terror de una noche de campamento. Todo ello formó parte de nuestra historia, desde las estrellas que nos iluminaban a la noche a los “buenos días” de la mañana, después de una  corta noche.

Sin embargo, no duró. Solo fue un fugaz amor de verano, un juego de niños. Mensajes cariñosos llenos de palabras dulces y llamadas llenas de risas nerviosas. En parte me gustaría saber qué pasó. Qué fue lo que ocurrió para que todo esto acabara. Me gustaría saber quién fui yo para ti. Puede que solo fuera la persona a la que querías dedicar esas palabras bonitas que tenías en tu mente. Igual todo fue un espectáculo y nosotros, los actores de una obra de teatro que nunca llegó a ser representada.

Y entonces, vuelvo a mi mundo y sonrío. Y como si el destino me hubiera leído el pensamiento, te diviso a lo lejos, sentado con ella. Sentado en el que llamaste “nuestro banco”. Noto que tú también me ves y nos quedamos observándonos a metros de distancia. El tiempo se detiene y esbozas una sonrisa y un tímido gesto con la cabeza.

Ya no hay nada entre nosotros, pero lo hubo y espero que no lo hayas olvidado.  Me acercaría, pero no quiero estropear tu cita. Y entonces, ella te pregunta algo y yo puedo leer en tus labios. “Nada, sólo recordaba.” He de suponer que ella te pregunta qué es lo recordabas y entonces veo que contestas: 

“Un maravilloso verano.” Me hechas una última mirada, una de esas miradas de anhelo y nada mas hacerlo, la besas.

Me quedo quieta, sin saber muy bien cómo reaccionar. Supongo, que si ese verano fue maravilloso, como lo fue para mí. Puede que lo nuestro al fin y al acabo, no fuese lo que yo pensaba, sino una bonita obra de teatro con un final abierto. 

Aún recuerdo lo que aveces me escribías.