lunes, 3 de noviembre de 2014

Prefiero la guerra contigo, al invierno sin ti.

He llegado a descubrir una parte de mi que apenas conocía, un sentimiento que jamas había sentido por nadie, algo que nunca había descubierto.
Me rompo, me caigo, me miro las manos e intento apartar las piedras de la mano, pero me vuelvo a caer. Noto, que estoy perdido, sin defensa, pensando en aquello que tan feliz me hacia, pero que tan triste me deja. Caminas pero te caes, las piedras del camino te impiden continuar, necesitas algo, alguien, que te ayude apartar esas piedras, a romperlas, hacerlas desaparecer; dejar de mirar al suelo.

Maldito invierno, el frió vuelve a mi piel, ¿donde esta ese abrigo con brazos, con labios, que tanto me arropaba cuando tenía frió? Necesito ver el cambio de ese abrigo, que sepa volver a arroparme, que aprenda que los que le desean no quieren tratarlo mal, solo quieren tenerle cada invierno. 

Los días pasan, y mi cabeza sigue dando vueltas, confuso, inestable, sin saber que decidir. Por momentos, simplemente necesita una señal, una frase escrita que te diga " se feliz con o sin tu abrigo". No deseo cualquier abrigo, necesito el abrigo, que tanto me arropó en su momento, que tantas horas me dio.

No hay que fiarse de la gente, los consejos son buenos, pero el consejo mas importante, es el que tu corazón te trasmite. ¿Le quieres?lucha; ¿le amas? corre hacia a el/ella. No pierdas un misero segundo de tu vida, sin el abrigo que necesitas. Al fin y al cabo, en este mundo hay pocos abrigos que te den el calor y tranquilidad que te dieron aquellos, que tan especiales fueron para ti. 


Prefiero la guerra contigo, al invierno sin ti,